Opera prima

Es muy interesante este fenómeno de los blogs. Antes de crear el mío, estuve revisando por varias semanas muchos de ellos y puedo llegar a la conclusión que las motivaciones de sus creadores son muy diversas. Hay de todo. Yo diría incluso más que eso. Sin embargo, me parece que hay un elemento en común: la necesidad de expresarse y de ser escuchado; pero, aunque suene paradójico, más de lo primero que de lo segundo. Algo similar ocurre con el chat. Cuando tenemos oportunidad de conocer -en vivo- a la persona con la que chateamos podemos notar que su comportamiento varía. Es una cuando la tenemos al frente y es otra cuando la comunicación es virtual. En este último caso -diría yo- se revela en su real ser, sin caretas ni inhibiciones. En otras palabras, estas herramientas de internet están cumpliendo una función psicoterapeuta. Los internautas que las usan pueden hacer catarsis. En fín, no sé. Quizá solo esté proyectando mis propias motivaciones. Puede ser. De cualquier manera este blog existe para que pueda expresarme, esa es la principal finalidad. Su nombre responde a que, lo que aquí deje consignado, está impregnado de mi estado de ánimo. Y dado que la naturaleza de éste no es muy constante, la letra pondrá de manifiesto mis diferentes facetas (quién sabe mi más gande problema). Probablemente esa sea la causa por la que decidí quedar en el anonimato.
Un razón secundaria sería la de ejercitarme en la escritura. Nada mejor que escribir para mejorar la prosa y sobre todo para hacerlo correctamente (gramaticalmente hablando). Así que, si alguien encuentra alguna infracción de dicha indole le agradeceré infinitamente me lo haga saber.
Contra este espacio de expresión y -por supuesto- de diálogo solo atenta mi flojera. La que siempre fue vencida cuando mi estado de ánimo "de turno" me impulsaba a sacar mis angeles y demonios internos a través de la pluma (disculpen esta última huachafería).